¿La información es poder?
Sobre la asimetría de información y su impacto en los negocios, los seguros, el mercado laboral o la democracia.
El principio de « la información es poder» es uno de los mantras que más veces escuchamos repetidos por todo el mundo. Pero pocas veces nos detenemos a pensar qué hay de verdad en ello.
El mercado de coches de segunda mano.
Imagine que quiere comprar un coche de segunda mano. Sabemos que hay por un lado coches usados de buena calidad y por otro coches usados de mala calidad (llamados "melocotones" y "limones" en el argot estadounidense respectivamente)1. En un mercado con información perfecta, el precio al que compradores y vendedores intercambiarían “melocotones” sería mayor que al que se intercambian “limones”. Sin embargo, debido a que muchas partes mecánicas importantes y otros elementos están ocultos a la vista y no son fácilmente accesibles para su inspección, el comprador de un automóvil no sabe de antemano si el coche que compra realmente se trata de un “melocotón” o de un “limón”. En cambio, el vendedor si conoce a la perfección la calidad del coche que está vendiendo. Esta fenómeno se conoce como asimetría de información: una de las partes tiene información privilegiada sobre el producto. Esto genera incertidumbre en la otra parte sobre las características del producto que se está adquiriendo.
Por lo tanto, la mejor estrategia que puede seguir el comprador para comprar un automóvil en este mercado es ofrecer un precio promedio que recoja la probabilidad media entre comprar un coche de calidad buena y uno de calidad mala. De esta forma evita el riesgo de pagar el precio de un “melocotón” por un coche que realmente es un “limón”.
La asimetría de información genera problemas de eficiencia en los mercados. En este caso, los propietarios de “melocotones” no colocarán sus coches en el mercado usado debido al bajo precio que están dispuestos a pagar los compradores por el riesgo de que pueda tratarse de un “limón”. La retirada de buenos coches reduce la calidad media de los coches en el mercado, lo que hace que los compradores revisen a la baja sus expectativas para cualquier coche dado. Esto, a su vez, motiva a los propietarios de coches moderadamente buenos a no vender, y así sucesivamente, pudiendo destruir el mercado por completo2.
Como vemos, la información juega un papel decisivo. Sirve de faro para conformar las expectativas de los agentes.
«La información es tan poderosa que la asunción de información, aun cuando no exista realmente, puede tener un efecto revulsivo». Steven D. Levitt (2007).
Esto explica por qué el precio de un coche al salir del concesionario desciende automáticamente: el comprador no puede saber si realmente el vendedor oferta ese coche por algún defecto oculto o por otra razón. La asimetría de información lleva a una menor demanda del producto, siendo perjudicial tanto para el comprador como para el vendedor.
¿Qué tienen en común los seguros y las entrevistas de trabajo?
En un mercado con información asimétrica como en el ejemplo previo, el comprador se enfrenta al fenómeno que se conoce como selección adversa: los productos de baja calidad expulsan a los de alta calidad del mercado debido al coste de la información imperfecta. Algo parecido a lo anteriormente expuesto sucede en el mercado de seguros. El comprador del seguro es el que mejor conoce sus problemas de salud. Dado que es de suponer que aquel con mayores problemas de salud sea más propensos a adquirir un seguro médico, las compañías ofrecerán pólizas con costes por encima del promedio. Esto expulsará a aquellas personas con menores problemas de salud3.
Otro ejemplo clásico de mercado con información asimétrica es el mercado laboral. En una entrevista de trabajo, nadie conoce mejor sus capacidades reales que el candidato. Las empresas pueden ser precavidas y ofrecer salarios por debajo del equilibrio, expulsando a los trabajadores más talentosos. También puede darse el efecto contrario, pueden pagar salarios superiores para intentar atraer más talento, aumentando el coste en caso de equivocarse.
Estos ejemplos sintetizan la función de la información y la asunción de esta como guía para los agentes, influyendo en sus expectativas y dirigiendo su toma de decisiones en el intercambio de recursos.
Información y poder
No obstante, este texto es también una reflexión sobre el poder. Y por ello debe entenderse que la asimetría de información puede ser utilizada para influir en nosotros por aquellos con información privilegiada. Piense por un momento, ¿ha dicho estrictamente la verdad en una entrevista de trabajo? ¿Ha adornado algún detalle cuando ha vendido algo por Wallapop/Vinted? ¿Cree que los medios de comunicación dicen la verdad absoluta?
Los expertos se caracterizan por ser personas con un conocimiento profundo en alguna materia. Sin embargo, cualquier experto no deja de ser una persona como el común de los mortales: con sus intereses y sus pasiones. ¿Qué le hace pensar por ejemplo que un médico no cuenta con los mismos incentivos que un vendedor de coches? En ocasiones, usamos nuestra escasa ventaja informativa para influir, como en el caso de la entrevista de trabajo o Wallapop, ¿ por qué no van a usarla aquellos con mayor ventaja informativa? David Hillis, especialista en cardiología intervencionista del Southwestern Medical Center explicó en el New York Times: « Si eres cardiólogo intervencionista y Joe Smith, especialista en medicina interna, te envía pacientes y les dices que no necesitan intervención, en breve dejará de enviarte pacientes». ¿Puede esta reflexión extrapolarse a lo narrado sobre terapias por Pluckrose y Lindsay?
Piense por ejemplo en su banco, que cuenta con información privilegiada sobre el funcionamiento del mercado financiero. Y usted acude a firmar una hipoteca multidivisa, o con cláusulas suelo. O prefiere adquirir participaciones preferentes. Bueno, todo español de bien ya conoce cuál fue el desenlace jurídico de esto tras la Crisis de 2008…
Pensemos ahora en la democracia. Políticos y grupos de presión que pretenden mover la balanza a su favor. Mediante el uso de la propaganda, intentan influir en la opinión pública para fortalecer su posición. Si el votante medio está sesgado, pueden elegirse dirigentes y políticas que sean perjudiciales para la mayoría. Una lección que no debemos olvidar es que la democracia otorga la misma voz a juiciosos que a quien no lo son tanto. Si el votante es un ignorante racional (como defiende la Escuela Clásica de Elección Pública), debido al elevado coste de oportunidad de estar informado continuamente de todo lo que importa en el ámbito de la política en comparación con su beneficio (puesto que el valor individual del voto es cercano a cero), decidirá mantenerse en la ignorancia. El votante decide racionalmente desconocer aquello que realmente es vital para su vida en sociedad. Esta asimetría de información favorece la actuación interesada por parte de las élites políticas y lobbys en detrimento de los intereses del pueblo. Una sociedad desinformada es más maleable.
«La democracia es la patética creencia en la sabiduría colectiva a partir de la ignorancia individual». Mencken (1995).
Conclusiones
En definitiva, lo aquí comentado es una breve reflexión sobre los problemas a todos los niveles de la información asimétrica. ¿Es la información poder? Lo es sí, pero para quien la ostenta. Para quien omite información verdadera o para quien utiliza información falsa. Para quien dispone de información privilegiada y puede aprovecharse de ella en su toma de decisiones. Y esto se agrava en un mundo donde la posverdad es la tónica dominante.
Internet ha sido un gran aliado para luchar contra la información asimétrica. Al final, la información es la moneda de cambio en Internet. Esa difusión de información es claramente favorable para todos. Volviendo a ejemplos anteriores, ahora puedes con un solo click comparar entre diferentes seguros médicos, o puedes vía LinkedIn evaluar la experiencia y aptitudes del candidato sin confiar exclusivamente en lo que dice en la entrevista. La distribución y dispersión de la información mejora la eficiencia en los mercados.
No obstante, la razón nos recomienda cautela. Siguen y seguirán existiendo ámbitos donde persista la información asimétrica. Es posible que Internet también haya servido como gasolina para la polarización, dejando en entredicho los beneficios anteriormente comentados sobre la dispersión de la información. Quizás las explicaciones se encuentren en otro lugar, que exceden la finalidad de este artículo. Lo que debe quedar claro es que todos tenemos incentivos en utilizar lo que conocemos, y que otros desconocen, a nuestro favor. Y ello nos debe también preocupar cuando nos encontramos en el otro lado, nadie querría comprar un “limón” en vez de un “melocotón”.
Este ejemplo, denominado Market for lemons, fue creado por el premio Nobel de Economía George Akerlof para su Teoría de la información asimétrica.
Este sería un caso extremo dentro de un modelo de información asimétrica donde los productos de baja calidad expulsan a los de alta calidad. En muchos casos, como demostró Hayek, los mercados competitivos pueden funcionar eficientemente con información mínima.
Argumento que se utiliza normalmente para defender la Sanidad pública. También está la otra cara de la moneda: mediante el seguro público se socializan los costes, saliendo más favorecidos aquellos que asumen más riesgos para su propia salud puesto que lo pagamos todos.
Es un tema apasionante, Menez. Internet ha revolucionado el acceso a la información, pero también ha generado nuevos desafíos como la desinformación y la polarización. La inteligencia artificial está transformando radicalmente este panorama, y es probable que influya en la forma en que tomamos decisiones, siendo menos conscientes (todavía menos!) de nuestros propios sesgos... aprovechado por quienes buscan manipularnos.
Creo que en un libre mercado, disminuyen los incentivos para ocultar información. Siguiendo el ejemplo de la contratación, en un mercado altamente regulado como el español, el costo para la empresa de contratar un empleado es alto (por consiguiente el costo de que toque un limón es mayor aún), en un mercado así, un candidato tendrá incentivos más grandes para mentir sobre sus cualificaciones y así conseguir el trabajo. Esto, evidentemente, no te asegura que no te vayan a mentir, pero el incentivo disminuye.
Muy interesante el artículo. Me gustaría leer más reflexiones como estas, viniendo de personas que saben más de la materia que uno.