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Avatar de Laura

Desde mi poco conocimiento en el tema, al que tú acabas de aportar luz, voy a decir una obviedad: que se está utilizando el tema de los aranceles, el debate entre libre comercio o proteccionismo, como arma dialéctica, comercial e identitaria.

Coincido contigo en lo más que destacable de las intuiciones de Adam Smith. Sin embargo, percibo que el mundo está cambiando, que la situación aquí da para mucho más que una cuestión de mero debate entre liberalismo o proteccionismo.

Este "win-win" donde, en una situación ideal de libre mercado, todo el mundo sale beneficiado ha dejado de ser el objetivo para en su lugar, imponer cierto tipo de ideologías. Es decir, la economía no puede presentarse aislada del contexto social y geopolítico. Esto daría para un debate muchísimo más profundo, claro está, y entiendo que no es eso lo que pretendes con tu artículo.

Pero yo me considero humanista ingenua y tengo la sensación de que el sistema capitalista tal y como lo conocemos hoy está dando claras señas de agotamiento y que estamos en un punto de no retorno. Se están viendo las costuras al sistema, y en lugar de intentar ver cómo se puede reconstruir para adaptarlo a la realidad del mundo en el que vivimos ( entiendo de la dificultad de esto, soy ingenua pero tampoco tonta 🤭 ), seguimos llevándolo a la extenuación.

No entiendo, por ejemplo, que teniendo plantaciones de aguacates DE MILES DE HECTÁREAS en mi provincia ( donde la escasez de agua es un tema recurrente que a las autoridades no parece preocuparles lo más mínimo ) ese producto sea más rentable exportarlo que dejarlo para el consumo local y yo tenga que comprar aguacates importados de Perú. Esto es, para mí, la representación gráfica de la absoluta locura que nos rodea en estos momentos.

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Avatar de Ménez

Hola Laura. Como siempre, es un placer tenerte por aquí. Estoy de acuerdo en el uso de los aranceles como arma política, quizás siempre ha sido así. La escalada entre EEUU y China son ejemplo de ello. Es normal pensar que la economía no puede aislarse del contexto político o social, pero no por ello deja de ser economía. Las leyes que configuran el comercio internacional, los fenómenos económicos que rigen los flujos comerciales y las ganancias y pérdidas de este son los mismos que hace 200 años. Evidentemente las teorías se han actualizado, aunque el núcleo de las intuiciones de Adam Smith o Ricardo siguen siendo útiles y relevantes para comprender el funcionamiento del comercio.

Mencionaba en otro comentario el modelo de Heckscher-Ohlin, un modelo que muestra los beneficios agregados de quienes participan en el comercio internacional y muestra a quienes pierden: ciertos productores debido a la deslocalización de las fábricas. Esto último es un proceso que se ha ido agravando en las últimas décadas. La interdependencia y la atomización del comercio, debido a la deslocalización alrededor del globo de las fábricas de todo tipo, es lo que ha conseguido abaratar ciertos productos a pesar del perjuicio para ciertos sectores. En agregado, la evidencia empírica demuestra que esto ha sido beneficioso. ¿Cree la gente por ejemplo que ciertas tiendas como Primark o Lefties serían posible si no existiese el comercio?

Como digo, hay perdedores, que son en concreto una fuerza de voto importante que ha aupado a Trump al poder y del que esperan la protección de sus productos. Pero no debemos engañarnos. Si debido a los aranceles Trump consigue que las empresas produzcan en suelo americano, esto no será más rentable. Apple por ejemplo, si regresa, producirá de manera menos eficiente (mayores costes productivos que en sus actuales fábricas en Vietnam y China) y los precios finales al consumidor serán mayores. Primark no tendrá ropa tan barata.

Uno de los ejemplos que más me gustan para representar la independencia de ciertos fenómenos económicos es la inflación. Este fenómeno lo encontramos, en las mismas circunstancias y debido a las mismas causas, en la Roma clásica, en España tras el descubrimiento de América, en la Alemania de la década de los 30, en la Argentina reciente y en la actualidad de occidente. Por eso, aunque sea parte de un todo, su estudio aislado es interesante y creo que por ello sus conclusiones no deben invalidarse.

Dejando de lado el comercio, entiendo las críticas al capitalismo actual. Creo que a día de hoy nada tiene que ver con su estado de origen, y que su discurrir ha sido conducido por doctrinas dispares. No se si solo el capitalismo, quizás más bien el Estado de bienestar y el sistema democrático occidental son los que parecen dar señales de agotamiento. Esto da para un largo debate.

Por último, si me gustaría hacer un matiz a lo que comentas sobre los aguacates. En España, el mercado agrícola español está fuertemente regulado por la UE mediante la PAC. Dista mucho de un mercado libre. Las autoridades europeas subvencionan y limitan la producción de los productos en los diferentes Estados miembro. Además, aplican aranceles a los productos agrícolas externos. De hecho, se destinan millones de euros en subvenciones a la exportación, buscando la competitividad y la llegada a nuevos mercados internacionales. Es posible que este tipo de intervenciones sea lo que explique lo que comentas. Como ves, de nuevo hay medidas proteccionistas en juego.

Gracias por comentar Laura, un saludo.

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Avatar de Pseudonima

Hola! No sé mucho de economía pero algo sí, y creo que seguir fijándonos en Adam Smith después de tantos siglos(!!) es, cuanto menos, curioso. El 1776 nada tiene que ver con 2025 y creo que el término riqueza necesita redefinirse tras la era de la globalización para introducir lo que es la riqueza social (derechos humanos) y ambiental (traer naranjas de Sudáfrica puede ser más barato en términos de dinero pero caro en otros). Por no decir que en realidad estados liberales por excelencia aplican medidas proteccionistas en algunas industrias (pienso en el sector agrícola por ej) o aplican desde siempre aranceles altos a aquellos países con los que no tienen tratados de libre comercio. Para mí la pregunta es si el libre comercio es el sistema que permitiría ser ricos (entendiendo riqueza desde un punto de vista amplio) a la mayor parte de países del mundo. Lo de enriquecerse unos a costa de otros, como que no lo veo justo.

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Avatar de Ménez

Hola Olga, gracias por tu comentario y por plantear estas cuestiones. En primer lugar, creo que lo importante de Adam Smith no es su antigüedad, sino su increíble relevancia a día de hoy. Este autor es considerado el padre de la Economía por sus brillantes intuiciones. Adam Smith observó cómo en su época imperaba el mercantilismo, una corriente que aunque formada por autores dispares, tenían ciertos elementos en común. Entre ellos, destacan el uso del Estado con todos sus mecanismos para el desarrollo económico y la acumulación de riqueza, entendida como acumulación de metales preciosos. Los mercantilistas llevaban a cabo todo tipo de políticas como subsidios, aranceles o devaluaciones monetarias para proteger su industria, fomentar sus exportaciones y perjudicar a los países vecinos. En este pensamiento subyace una idea muy común todavía a día de hoy, que es ver el comercio internacional como un juego de suma cero (para yo salir beneficiado debo perjudicar al otro).

Adam Smith extendió su idea del libre mercado al comercio entre países. Si yo quiero manzanas y tú una mesa de madera, en vez de que yo tenga que producir ambas cosas, ambos saldremos beneficiados si comerciamos, por el simple hecho de que existe escasez (ningún bien, sobre todo el tiempo, es abundante), necesitamos elegir entre diferentes alternativas y tomar una decisión implica renunciar a otras (coste de oportunidad). Así funciona también el comercio internacional, como un juego de suma positiva.

Más adelante, David Ricardo presentó su teoría de la ventaja comparativa, una teoría todavía vigente. Ricardo argumentó que los países deberían concentrarse en producir y exportar bienes que puedan fabricar a un costo relativamente menor. De esta forma, cada nación se especializa en lo que puede producir más eficientemente e importa aquellos productos que le resultan más costosos de producir. Esto permite que incluso países sin ventaja absoluta en la producción de ciertos bienes puedan encontrar áreas en las que tienen una ventaja comparativa, y así, integrarse al comercio global. Por ejemplo, si EEUU es más eficiente en producir todos los bienes que España, sigue siendo más ventajoso que se concentrase exclusivamente en producir aquellos bienes que pueden relativamente producir mejor (a menor coste de oportunidad), y comerciase con España para comprar aquello donde no tenga dicha ventaja. Por otro lado, el Modelo Heckscher-Ohlin explota la teoría de Ricardo: un país tenderá a exportar aquellos bienes que intensivamente utilicen los recursos (tierra, mano de obra o capital) en los que esté abundantemente dotado. Piensa en China, que es intensivo en mano de obra.

Existen teorías más modernas del comercio internacional, como por ejemplo la del premio Nobel Paul Krugman. Este autor demuestra cómo las economías de escala y la preferencia del consumidor por la variedad en los productos permite que los países puedan beneficiarse comerciando mutuamente al existir un incentivo para las empresas para exportar y un beneficio para el consumidor al existir este comercio.

Como puedes ver, en el repaso de las teorías del comercio internacional (en manuales de Economía encontrarás muchos más detalles) que llega hasta nuestros días muestra como la primitiva intuición de Smith es fundamental para entender que el comercio permite beneficiarse a ambas partes, y que las políticas que vayan en contra de ello serán perjudiciales.

A partir de aquí, vienen el resto de cuestiones. Pero debe quedarnos claro que el comercio libre es el mejor sistema no ya solo para la prosperidad económica de los países, sino para la interdependencia y la paz entre países. Antonio Escohotado en sus obras expone como los países donde el comercio se dificultaba, eran más propensos a entrar en conflicto entre ellos. El comercio no solo implica un intercambio de bienes, sino de ideas, de innovación y de cultura.

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Avatar de Lucas Heili

Pues yo diría que justamente lo fascinante es que, pese a haber pasado más de 200 años, la teoría económica de Adam Smith sigue demostrándose efectiva, no por falta de intentar desprobarla, pero una y otra vez arroja los mismos resultados. Si estudiamos la historia, podemos ver lo similares que somos a nuestros antepasados. Por supuesto, las variables, los nombres y los escenarios cambian, pero nuestras decisiones se mantienen muy similares.

Los conceptos de “riqueza social” que mencionas han sido curiosamente desarrollados en los países más liberales de Occidente. Poco tiempo, recursos y energía tienen los países menos desarrollados para preocuparse por el medio ambiente o los derechos humanos cuando sufren en la miseria, la guerra, las enfermedades y demás. La manera en la que muchos países se han desarrollado de manera exponencial en tiempos record (como el caso del sudeste asiático, Corea del Sur o China) ha sido a través de abrazar el libre comercio. Gracias a ello, los habitantes de estos países hoy viven mejor, contaminan menos y reciben mejor educación. En cambio los países que se han alejado del librecambismo, han sufrido peores resultados - como muchos países latinoamericanos, o en la URSS durante la guerra fría. Todo esto ha ocurrido gracias a su adopción voluntaria de esta filosofía, no por mano de una organización superior que les dijo como tenían que vivir. Y si, hay países liberales aplican aranceles. Algunos por razones políticas, comerciales, diplomáticas y estratégicas, que lo hagan no quiere decir que sean prudentes. No obstante, es muy diferente aplicar aranceles a industrias y países particulares, que hacerlo por sistema.

El concepto de que los países desarrollados simplemente explotan y se benefician unilateralmente de los países menos desarrollados es simplemente erróneo. Por supuesto, existen empresas con prácticas abusivas e inmorales, pero también hay miles de ellas que llegan a estos países y generan puestos de trabajo para millones de personas con muchas mejores condiciones y salarios que lo anterior. Invierten en las economías locales, traen conocimiento, educación y beneficios. A ninguno de nosotros nos gustaría trabajar por largas horas en una fábrica, pero para estas personas, la alternativa no es estudiar lo que les gusta y conseguir el trabajo de sus sueños, sino trabajar sin descanso en el campo por cantidades miserables y continuar viviendo en la pobreza absoluta, cuando no se unen a mafias o grupos militares donde explotan, asesinan y extorsionan a personas como ellos mismos. Puede que para nosotros, por nuestros niveles de vida nos parezca horrible, pero para muchos de ellos es una oportunidad de salir adelante. Una vez más, no quiere decir que no haya gente explotada y maltratada (usualmente por las mafias locales que llegan a acuerdos con empresas, y no por las empresas en sí), pero no es el modus operandi de la mayoría.

Ojalá se pudiera apretar un botón y arreglar los problemas del mundo, pero eso nunca ha sido así. Sin embargo, lo que si se ha probado una y otra vez, es que los países que se enriquecen se han vuelto más justos, más verdes y más seguros, y uno de los métodos que mejores resultados ha obtenido en este aspecto ha sido el libre comercio.

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Avatar de vita_critica

Es que la dialéctica hegeliana-marxista, además de enfrentarnos, es muy simplona e inhumana. No todos cabemos en la dialéctica del amo - esclavo, algunos simplemente queremos colaborar.

Cuando un país lleva las fábricas a otro lado les está generado trabajo, seguridad, desarrollo... Obviamente, el que lleva allí las fábricas lo hace porque se beneficia. Pero al final esto resulta en un win-win.

La situación sería peor si no se llevarán las gráficas: ellos sin tecnología, ni trabajo, ni desarrollo...y nosotros con precios más caros. Paradójicamente, cuando "más explotas" más igualdad y riqueza se genera.

Capitalismo, ahorro y trabajo duru...no hay otra cosa.

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Avatar de vita_critica

Creo que estás asumiendo al comercio como un juego de suma 0. El crecimiento de China actualmente se explica por las políticas que tomaron y porque se les llevó tecnología que allí no tenían, de tal manera que "crecieron dopados por tecnologías que no habían desarrollado".

Por otro lado, hay que entender que existe un orden y que primero tienes riqueza y luego ya "mejoras" (riqueza social, comercio sostenible). No puedes innovar y dar soporte social sin tener riqueza.

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Avatar de Salvador Lorca 📚 ⭕️

Quizás nunca será ya igual…

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