Sobre lo que comentas: creo recordar haber leído (me parece que a Timothy Garton Ash, poco sospechoso de ser un trotskista leninista) que, con ocasión del referéndum del Brexit, poco más de 150.000 británicos podían votar con conocimiento de causa. Y sin embargo se dejó el asunto (por irresponsabilidad, mal cálculo político o lo que sea) en manos de millones de personas que no solo no tenían tiempos ni ganas, sino la imposibilidad física de comprender las implicaciones del asunto. ¿Fue un error convocar el referéndum? En mi opinión, sí. Pero ¿eso invalida la democracia? Claramente, no.
Comentaba @javierjurado en una de sus excelentes publicaciones que la complejidad de esta sociedad (e imaginemos, no sé, la de dentro de 200 años), puede dejar obsoleto un sistema que, no olvidemos, ha sido una anomalía histórica. La democracia no deja de ser una construcción teórica, que construye un sujeto político que es la voluntad soberana, entendida como la suma de las voluntades individuales. Una construcción del siglo XVIII, cuyo objetivo era desmontar un sistema político para instaurar otro. Y que se basa, como muchas otras ideas de la Ilustración, en la idea de una supuesta supremacía de la razón. Conjetura que se ha visto, en numerosas ocasiones, y como bien explicas, desbordada por nuestros condicionamientos biológicos.
Quizás en estos momentos estamos aturdidos por una oleada de comportamientos irracionales, que pueden no ser más que los prolegómenos a un ajuste violento (no necesariamente bélico o no) del sistema. Y por eso nos fijamos en esas irracionalidades del electorado. O puede que no, que la democracia esté herida de muerte porque ya no le conviene a quien tiene el verdadero poder.
Mientras llega ese momento de cambio (que me parece inevitable, aunque no sepamos muy bien a dónde), estoy de acuerdo, con @lucasheiliz: mejor vivir en una democracia que en el capitalismo de Estado de los chinos. Y no digamos otros ejemplos...
Ahora bien, las costuras que señalas en el comportamiento "micro" de los votantes, bien manipuladas, pueden llegar a destruir el todo a escala "macro". Vamos a ver qué pasa.
Justamente, vivimos en una anomalía histórica. No podemos ignorar que, con sus numerosas ventajas, también cuenta con grandes inconvenientes. Dichos inconvenientes mueven las políticas a a unos lugares o a otros, perjudicando a todos en ciertas ocasiones. Efectivamente, puede que la especial oleada irracional vista a ambos lados del tablero nos haya hecho fijarnos más en las costuras. Por eso creo que es importante ser consciente de ellas y mejorarlas en la medida de lo posible. Gracias por tus comentarios.
Excelente trabajo en los dos artículos, amigo mío.
Me quedo especialmente con la reflexión final. El pueblo se equivoca. A lo largo de ambas piezas, ilustraste a la perfección los motivos por los cuales esto ocurre. El costo de estar informados es inmenso, y no se limita a la política. No se trata únicamente de saber que o como gobierna, sino entender en profundidad cada uno de estos temas, y por diseño, nuestros organismos gubernamentales no premian a los más capaces en sus respectivos campos.
El votante medio tendría que entender de economía, educación, demográfica, diplomacia, agricultura, ciencias medioambientales, logística, y un largo etcétera, para tomar decisiones informadas. Pretender saber de todo eso es absurdo e inverosímil, y como bien indicas, el beneficio para ese votante es casi nulo, ya que su voto individual no tendrá un impacto significativo en el resultado.
Las democracias son imperfectas por muchos motivos. En comparación con otros sistemas que hay en el mundo, prefiero vivir en una democracia occidental una y mil veces, pero no por ello hay que ser ciego a sus falencias.
Muchas felicitaciones por tu trabajo, y esperando leer que nos traerás la semana que viene. 😉 🇦🇷
Estoy de acuerdo con lo que comentas amigo. Son imperfectas, aunque preferible vivir en un sistema democrático que en otro. Ahora bien, es importante ser consciente de estas imperfecciones, pues es nuestro deber intentar mejorarlo en lo posible.
Hola de nuevo
No sé cómo te documentas, pero es impresionante.
Sobre lo que comentas: creo recordar haber leído (me parece que a Timothy Garton Ash, poco sospechoso de ser un trotskista leninista) que, con ocasión del referéndum del Brexit, poco más de 150.000 británicos podían votar con conocimiento de causa. Y sin embargo se dejó el asunto (por irresponsabilidad, mal cálculo político o lo que sea) en manos de millones de personas que no solo no tenían tiempos ni ganas, sino la imposibilidad física de comprender las implicaciones del asunto. ¿Fue un error convocar el referéndum? En mi opinión, sí. Pero ¿eso invalida la democracia? Claramente, no.
Comentaba @javierjurado en una de sus excelentes publicaciones que la complejidad de esta sociedad (e imaginemos, no sé, la de dentro de 200 años), puede dejar obsoleto un sistema que, no olvidemos, ha sido una anomalía histórica. La democracia no deja de ser una construcción teórica, que construye un sujeto político que es la voluntad soberana, entendida como la suma de las voluntades individuales. Una construcción del siglo XVIII, cuyo objetivo era desmontar un sistema político para instaurar otro. Y que se basa, como muchas otras ideas de la Ilustración, en la idea de una supuesta supremacía de la razón. Conjetura que se ha visto, en numerosas ocasiones, y como bien explicas, desbordada por nuestros condicionamientos biológicos.
Quizás en estos momentos estamos aturdidos por una oleada de comportamientos irracionales, que pueden no ser más que los prolegómenos a un ajuste violento (no necesariamente bélico o no) del sistema. Y por eso nos fijamos en esas irracionalidades del electorado. O puede que no, que la democracia esté herida de muerte porque ya no le conviene a quien tiene el verdadero poder.
Mientras llega ese momento de cambio (que me parece inevitable, aunque no sepamos muy bien a dónde), estoy de acuerdo, con @lucasheiliz: mejor vivir en una democracia que en el capitalismo de Estado de los chinos. Y no digamos otros ejemplos...
Ahora bien, las costuras que señalas en el comportamiento "micro" de los votantes, bien manipuladas, pueden llegar a destruir el todo a escala "macro". Vamos a ver qué pasa.
Gracias por enseñarnos.
Justamente, vivimos en una anomalía histórica. No podemos ignorar que, con sus numerosas ventajas, también cuenta con grandes inconvenientes. Dichos inconvenientes mueven las políticas a a unos lugares o a otros, perjudicando a todos en ciertas ocasiones. Efectivamente, puede que la especial oleada irracional vista a ambos lados del tablero nos haya hecho fijarnos más en las costuras. Por eso creo que es importante ser consciente de ellas y mejorarlas en la medida de lo posible. Gracias por tus comentarios.
Excelente trabajo en los dos artículos, amigo mío.
Me quedo especialmente con la reflexión final. El pueblo se equivoca. A lo largo de ambas piezas, ilustraste a la perfección los motivos por los cuales esto ocurre. El costo de estar informados es inmenso, y no se limita a la política. No se trata únicamente de saber que o como gobierna, sino entender en profundidad cada uno de estos temas, y por diseño, nuestros organismos gubernamentales no premian a los más capaces en sus respectivos campos.
El votante medio tendría que entender de economía, educación, demográfica, diplomacia, agricultura, ciencias medioambientales, logística, y un largo etcétera, para tomar decisiones informadas. Pretender saber de todo eso es absurdo e inverosímil, y como bien indicas, el beneficio para ese votante es casi nulo, ya que su voto individual no tendrá un impacto significativo en el resultado.
Las democracias son imperfectas por muchos motivos. En comparación con otros sistemas que hay en el mundo, prefiero vivir en una democracia occidental una y mil veces, pero no por ello hay que ser ciego a sus falencias.
Muchas felicitaciones por tu trabajo, y esperando leer que nos traerás la semana que viene. 😉 🇦🇷
Estoy de acuerdo con lo que comentas amigo. Son imperfectas, aunque preferible vivir en un sistema democrático que en otro. Ahora bien, es importante ser consciente de estas imperfecciones, pues es nuestro deber intentar mejorarlo en lo posible.
Un abrazo, y nos leemos la semana que viene 😉